Descubre cómo mejorar tu comprensión lectora | IEFE Formació, Manresa
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Descubre cómo mejorar tu comprensión lectora

La incomprensión, el desconocimiento de ciertas palabras o la lentitud son habituales en la lectura orientada al aprendizaje. Y es que no es posible aprender si la lectura es defectuosa. Te invitamos a descubrir las claves de una lectura productiva y ágil.

¿En qué consiste la lectura activa? El soporte escrito es el idóneo para estructurar ideas y establecer las conexiones neuronales que fijen esos conocimientos. Mediante la información de frases encadenadas, leyendo el 50 % de las palabras, el cerebro es capaz de comprender la totalidad del texto. Su memorización dependerá de tu constancia en el repaso. Se recomienda hacerlo cada 2 o 3 días.

¿Sabes que una lectura compresiva consta de tres fases? No debes pasar por alto ninguna, ya que cada una cumple con su misión en el complejo proceso del aprendizaje.

La prelectura es la fase inicial en la que realizas una lectura rápida del texto. Te llamarán la atención ciertas palabras, que contextualizarán y presentarán el contenido. Es una manera de preparar tu cerebro y valorar tus conocimientos previos.

La lectura crítica es la fase crucial. Tras una segunda lectura, nos detendremos en los conceptos, fechas, autores o citas destacables y los subrayaremos para confeccionar, en la siguiente fase, un esquema de estudio. Se trata de estructurar el contenido según su relevancia.

En la postlectura jerarquizaremos las ideas con colores para diferenciarlas en los apuntes.

Es fundamental que el espacio de estudio esté acondicionado para tal fin, para que estés cómodo y sin distracciones. Limitar la subvocalización o lectura incompleta que realizamos inconscientemente al leer, así como los retornos a párrafos pasados, te será de ayuda para no perder el hilo y mantenerte concentrado.

El material de estudio deberá estar bien organizado y establecido un planning de los contenidos a estudiar.

Procura realizar descansos de unos 15 minutos, tras 40 estudiando. La calidad en este punto es más efectiva que la cantidad.

La lectura comprensiva está íntimamente ligada a la motivación, la concentración, la memoria visual y la velocidad lectora. Existen interesantes ejercicios para entrenar estos aspectos.

Fragmenta el texto en bloques y asegúrate de comprender e identificar sus palabras y conceptos clave.

Dibujar un asterisco junto a estas palabras clave en la prelectura, favorece que en la fase de lectura crítica contrastes esa impresión y confirmes que realmente es un aspecto a incluir en el esquema.

Las imágenes mentales, así como el software de Presentación Visual Serial Rápida (PVSR) son adecuadas para trabajar la capacidad de memorización visual.

La práctica en el control de los movimientos oculares y el uso de un lápiz como señuelo son útiles para agilizar tu velocidad.

Con el objeto de prevenir el aburrimiento por desconocer el significado de muchas palabras, acostúmbrate a consultarlo en Internet, enciclopedias, compañeros, familiares. En otras ocasiones, el contexto te dará pistas sobre su significado. Las infografías o diagramas suelen ayudar también si te has perdido.

Estudiar con compañeros o ir alternando metodologías (leer en voz alta, subrayar, elaborar apuntes, etc.) son buenas prácticas motivadoras.

Una actitud participativa y crítica, junto con la puesta en práctica de estos consejos te asegurarán los resultados deseados.

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